3 de diciembre de 2010

El día final...


No tenía idea de lo que era la muerte; hasta que lo senti en carne propia.
Obviamente, yo no fui el que me fui al otro lado. Digo que lo sentí en carne propia porque, perdí a los seres que amaba con todo mi corazón.
De pequeño, mientras jugaba con mis Playmobil, en el patio, construyendo mundos tan tergiversos; ajenos al propio, me encontraba con comentarios de los mayores - con un tono de preocupación - cuando mencionaban la muerte de alguien.
Yo jamás tuve la necesidad de preocuparme por la muerte de algún ser cercano, ni nada por el estilo, porque jamás me pasó por la mente, que la muerte sería algo tan dificil de aceptar, e inclusive, con el tiempo me di cuenta que el trauma que tenían los mayores respecto a la muerte, me empezo a afectar de un modo similar con el transcurso de los años.
Aún recuerdo cuando escuche por primera vez la frase: "Que en paz descanse". Aquella vez, me encontraba en casa de mi abuela, y recuerdo que mis padres habían salido a trabajar arduamente. La noche llego pronto con un mar de malas noticias a cerca de un tío que vivía en México, y era comerciante. Lo que recuerdo haber escuchado, es que, un microbusero loco lo había arroyado y a la hora del impacto, las viceras de mi tío reventaron, y él murio al instante.
Sinceramente dudo de mi versión de su muerte, ya que era un mocoso y en aquella epoca no entendía terminos utilizados por mis tíos; las lagrimas derramadas por mis tías, y la cara de preocupación de toda la familia en general.
No fue lo mismo cuando yo tenía 16 años, y pasó lo que tenía que pasar: Lamentablemente perdi a un ser importante, que digo importante; a la persona mas grande de este mundo, por causas de enfermedades distintas. No fue hasta este percance que, entendí la muerte de otra manera, y maldije el simple ritmo, y linea del tiempo de la vida. Maldije todo lo que parecía ser la causa de la muerte de mi abuela. No quería saber de nada, ni de nadie. Solamente quería que ella volviera y no se fuera jamas. Un pensamiento bastante absurdo, pero pienso yo, que ese pensamiento fue el que me mantuvo con los pies en la tierra, y muy en el fondo; conciente de que, las cosas pasaban por "X" razón y que no sería capaz de comprender hasta que fuese mayor. (erronea idea)
El tiempo pasó, y como de costumbre las malas noticias también; los malos momentos no dejaron en paz a mi familia, y lamentablemente al año siguiente de que partiera mi abuela, también lo hizo mi abuelo.
No sé, si lo que pasó fue tan pronto, que no lo asimilé enseguida.
Se fué mi abuelo, y si; me diolio bastante, pero había algo en mi corazón que me impedía derramar lagrimas, como con mi abuela. A mi abuelo le tenía un aprecio bastante grande, ya que solía convivir con él, a la hora de la comida, y en todo momento posible. Siempre me platicaba de anecdotas de su pasado, historias del bellisimo folklor del pueblo donde había nacido; para mí una de las compañías más maravillosas que pude haber tenido, como representación de mi padre.
Lo que habitaba en el fondo de mi corazón cuando mi abuelo se fué, no era un sentimiento de tristeza. Un evidente sentimiento de repudio, y odio hacia la vida y hacia el "Creador" si es que existe, se apoderó completamente de mí. Me había quitado lo que más yo amaba en la vida, un trato demasiado injusto llevarse a las personas que siempre cuidaron de mi y de mis primos. Nefasto era pensar en el Creador, mofandose de nosotros a cada rato.

Con el tiempo aprendi aceptar la realidad, y me dí cuenta de la extraña simbiosis de sentimientos que se crean cuando una persona muere.
Nos enfrascamos tanto en el percance, que nos olvidamos completamente de vivir. Olvidamos respirar; olvidamos que a pesar de que ellos no están, la vida continúa y tenemos un futuro aún por seguir.
Hace tiempo que mi corazón perdió la fé y la devocion. Pero hay algo que me dice, que mis abuelos, están mejor, y descansan tranquilamente. A veces, todavía tengo la fortuna de soñar con ellos, y charlar cada vez que los encuentro.
Les escribo ésto, porque soñé que mi abuelo conversaba con un amigo al que conozco, y lamentablemente perdió a su abuelo también. Eso para mi, es una señal. Una señal bastante buena. O simplemente estoy completamente loco, por creer en los sueños que tengo.
Igual, y... Es mi manera de aceptar la muerte como un escalón mas en nuestra vida.

Gracias por leerme.

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