29 de octubre de 2011

En la Cima

Colores resplandecientes, que se reflejan en todos lados.
Un arcoiris proveniente de no sé donde. Y mientras camino más y más me doy cuenta que el camino que estoy recorriendo aún es largo.
El sudor empapa mi frente, debido a que el sol me da de lleno en el rostro. El polvo danza sobre todo el lugar gracias a la corriente de aire, y cada que la ventisca llega a la altura de mi rostro, enjuga mi frente de manera refrescante.
La meta aún es larga, lo sé, y la pendiente es demasiado inclinada para subirla sin equipo. Sin embargo, la pereza y el conformismo me hicieron dejar todas las herramientas útiles en el campamento. Lo único con lo que cuento son mis manos, mi espíritu, y toda la fe que le tengo a mi persona.
Empiezo paso a paso. Las rodillas me duelen, y las manos están a punto de desertar, pero lo que me espera allá arriba no es sólo un cielo azul; es la recompensa más grande de toda mi vida. Solo depende de mi, si quiero llegar hasta arriba, o quedarme a la mitad, e "imaginarme" que es lo que me puedo encontrar en la cima.
Gracias por leerme.

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